Qué duda cabe que Leonardo da Vinci es considerado uno de los hombre más ilustres de la historia. Conoce la biografía, mejor dicho, la vida oculta jamás contada de Leonardo da Vinci.
Leonardo da Vinci fue pintor, escultor, arquitecto, cartógrafo, ingeniero, científico e inventor del siglo XV. Sin embargo, a pesar de su genialidad, se refería a sí mismo como «senza lettere» (el analfabeto, el hombre sin letras). Por una buena razón: hasta una edad avanzada, no pudo leer ni escribir en latín, el idioma utilizado por prácticamente todos los demás intelectuales del Renacimiento, la lingua franca, similar al inglés actual. Tampoco estuvo familiarizado con las matemáticas hasta los 30 años.
Leonardo nació fuera del matrimonio pero fue criado por su verdadero padre, un rico notario florentino. Sirvió al menos diez años (1466-1476) como Garzone (aprendiz) de Andrea del Verrocchio y pintó detalles en los lienzos de Verrocchio. Recién en 1478, cuando tenía 26 años, se independizó.
No tuvo un comienzo auspicioso. Nunca ejecutó su primer encargo (un retablo en la capilla del Palazzo Vecchio della Signoria, el ayuntamiento de Florencia). Sus primeros grandes cuadros quedaron inacabados («La Adoración de los Reyes Magos» y «San Jerónimo», ambos de 1481).
La mayoría de los bocetos y estudios de las obras de arte e ingeniería de Leonardo se encuentran en sus listas de compras, notas personales y libros de gastos personales.
A nadie se le permitía entrar en la guarida de Leonardo, donde guardaba, como describe Giorgio Vasari en «Vidas de los artistas», «un número de lagartijas verdes y de otros tipos, grillos, serpientes, mariposas, langostas, sombreros y varios extraños criaturas de esta naturaleza».
Los clientes de Leonardo a menudo estaban insatisfechos con su ritmo glacial, falta de disciplina profesional e incapacidad para concluir sus tareas. Estuvo frecuentemente involucrado en litigios. La Cofradía de la Inmaculada Concepción lo demandó por no realizar la Virgen en las Rocas, retablo que le encargaron en 1483. El proceso judicial duró 10 años. La cabeza de Jesús en «La Última Cena» quedó en blanco porque Leonardo no se atrevió a pintar un modelo humano, ni confió lo suficiente en su imaginación. Leonardo trabajó cuatro años en la Mona Lisa pero tampoco la completó. Lo llevaba consigo a donde quiera que fuera.
El modelo de terracota de Leonardo para una colosal escultura de bronce del padre de su benefactor y empleador, Ludovico Sforza, fue utilizado para prácticas de tiro por los soldados franceses invasores en 1499. El metal que se suponía iba a entrar en esta obra de arte fue moldeado en forma de balas de cañón. .
Leonardo fue miembro de la comisión que deliberó dónde colocar la magnífica estatua del David de Miguel Ángel. Su trabajo cartográfico fue tan adelantado a su tiempo, que la autopista rápida de Florencia al mar, construida en el siglo XX, sigue exactamente la ruta de un canal que imaginó. Sus investigaciones científicas, en anatomía, hidráulica, mecánica, ornitología, botánica, se consideran valiosas hasta el día de hoy. Bill Gates posee algunos de sus cuadernos que contienen datos y observaciones científicas (conocidos como Codex Hammer).
Pero las lealtades de Leonardo eran volubles. Cambió de bando a los conquistadores franceses y en 1506 regresó a Milán para trabajar para su gobernador francés, Charles D’Amboise. Más tarde, se convirtió en pintor de la corte del rey Luis XII de Francia que, en ese momento, residía en Milán. En 1516 se trasladó a Francia para servir al rey Francisco I y allí murió.
Leonardo resumió las lecciones de su arte en una serie de misivas a sus alumnos, probablemente en Milán. Estos fueron recopilados más tarde (1542) por su colaborador cercano, Francesco Melzi, como «Un tratado sobre pintura» y publicados impresos (1651, 1817).