¿Se está preparando para posponer las cosas?
¿Cómo puedo dejar de procrastinar?
Es la pregunta más frecuente que se recibe de estudiantes de pregrado. Todos en el mundo académico, ya sea escribiendo una disertación, completando un artículo o haciendo una investigación, luchan con la procrastinación. Pero, ¿por qué esto es tan frecuente en una población universitaria?
Tienes la actitud equivocada
Su sistema de creencias es lo que puede interponerse en el camino. La mayoría de los académicos se aferran a la creencia de que deben reservar grandes cantidades de tiempo, prepararse mucho y estar en el estado de ánimo adecuado para poder escribir.
Lo que esto significa es que cuando finalmente te sientes a escribir, será un maratón desagradable. Le ha dado tanta importancia a esta sesión de escritura que siente ansiedad por que esté a la altura de sus expectativas. Y sabe que va a ser difícil. Después de todo, hay cuestiones espinosas que no ha abordado, artículos que no ha leído o releído y una falta de coherencia en su pensamiento. Necesitas resolver esos problemas. Y si no lo hace ahora, se sentirá bastante decepcionado de sí mismo. ¡Que desagradable! ¡Y qué contraproducente!
¿Qué es lo que debería hacer en su lugar?
La investigación de Robert Boyce en realidad muestra que los profesores de primer y segundo año que participaron en un estudio sobre la productividad de la escritura pudieron producir más páginas publicables en un año por:
- Escribir 30 minutos al día
- Solo escribiendo los días laborables
Resulta que la parte difícil fue convencer a estos profesores de que probaran este método discreto en primer lugar. Irónicamente, todos insistieron en que la única forma de hacer un trabajo era hacerlo en la forma de maratón que se describió anteriormente.
En la investigación, Boyce realmente midió la cantidad que estaban escribiendo por semana (antes de la intervención), ¡era menos de 30 minutos por semana! Esto fue mucho menos que sus informes retrospectivos de cuánto tiempo habían estado escribiendo.
Así mismo, se descubrió que quienes más se adhirieron a la idea de que hay que escribir en grandes dosis fueron los menos productivos y que los profesores que consideraban la escritura como una actividad privada, lo hacían mejor cuando eran responsables ante alguien por mantener su hábito de escribir de 30 minutos.
Entonces, ¿qué te impide aprender de estos profesores y escribir una pequeña cantidad cada día?
Aquí algunas excusas típicas:
- Simplemente no es gratificante escribir en pequeñas cantidades. Siento que he conseguido nada al hacerlo.
- Tengo un gran problema que resolver. Tardará más de 30 minutos.
- Me siento culpable si no trabajo más cada vez.
- Nunca terminaré mi tesis / trabajo / proyecto de investigación a ese ritmo.
- He esperado hasta que es demasiado tarde y no puedo permitirme el lujo de ese pequeño cantidad de tiempo por día.